El ensayo “colección de arena” de Calvino comienza con el asombro que le genera una persona que se dedica a coleccionar arena de diversas partes del mundo. Siendo la menos llamativa entre las otras colecciones de cosas raras, ésta era la mas misteriosa “la que parecía tener más que decir”.
Sin embargo el autor no centra su ensayo en el aspecto material (la colección en sí) y lo va llevando a una reflexión más espiritual, filosófica, “la necesidad de transformar el fluir de la propia existencia en una serie de objetos salvados de la dispersión o en una serie de líneas escritas, cristalizadas fuera del continuo fluir de los pensamientos”
¿Qué significado tiene para nosotros registrar los momentos del pasado? Como aquella mujer que rotulaba los momentos de su vida y los archivaba en carpetas de cartón. “estas colecciones se convierten así en mi vida ilustrada”, afirmó esta mujer. ¿Será una forma de perpetuar los recuerdos en el tiempo, o será simplemente una obsesión por la colección? “los propios días, minuto por minuto, pensamiento por pensamiento, reducidos a colección: la vida triturada en un polvillo de crepúsculos: una vez más, la arena.”
El autor no plantea una problemática concreta, sino que va llevando al lector a descifrar cuales son las motivaciones de querer registrar hechos de nuestra vida, que con el correr del tiempo se van transformando en pasado. En este ensayo Calvino es un yo que podría ser también yo, ya que la respuesta a los enigmas de la vida que el plantea no dependen del punto de vista del autor, sino de cada uno de nosotros.
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