sábado, 16 de octubre de 2010

Experimentando con el ensayo

Lo primero que se me viene a la cabeza cuando hablamos de ensayo es la idea de “prueba y error”. Intentar una y mil veces hasta lograr lo que se está buscando.

Al menos hasta que leí algunas definiciones formales sobre este género pensaba que se trataba de eso. “el ensayo es una composición expositiva, preferentemente en prosa, que suele proporcionar información, interpretación o explicación acerca de un asunto tópico. Presupone una formulación provisional, ni definitiva ni verificada, de las opiniones que enuncia”.

Me resulta interesante la idea de “formulación provisional”, porque que no detenta explicar ninguna verdad universal, como sucede con los artículos de divulgación científica, sino que tiene como objetivo enunciar la verdad del autor, es decir se centra en su subjetivismo. Por lo tanto el ensayo va a girar en torno de la mirada de quien escribe y no tanto del tema en cuestión.

Lo característico de este género es la libertad que tiene el autor para elegir el tema. Tal es así que Montaigne, ha escrito desde “filosofar es prepararse para morir” hasta “de la costumbre de vestirse”; queda en evidencia que aquí lo importante es persuadir al lector a través de una mirada que escape de los lugares comunes, para posarse donde nunca se ha hecho.

Entonces mi idea sobre ensayo no estaba tan desacertada. Al fin y al cabo en este momento me encuentro probando, experimentando para poder lograr un auténtico ensayo.

1 comentario:

  1. Hola Paula!
    Me gusta este cierre: "Al fin y al cabo en este momento me encuentro probando, experimentando para poder lograr un auténtico ensayo." Y te veo bien encaminada a la hora de tratar de definir el ensayo, un género difícil de circunscribir.

    Saludos,

    Emilia

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