sábado, 27 de noviembre de 2010

La clave del éxito (ensayo 3º versión)

La enseñanza universal, obligatoria, gratuita y laica arribo a nuestro país de la mano del padre del aula: Domingo Faustino Sarmiento. Había que combatir a los bárbaros, a los futuros Facundos que se reproducían por todo el territorio y estaban poblando el país, atrasando el progreso de la Nación. Para ello el objetivo era igualar a los educandos, formarlos bajo las mismas ideas, enseñarles a todos lo mismo para que no haya más vagos. Así nació la educación en Argentina: ¡Gloria y loor para Sarmiento el inmortal!

La historia sigue y nosotros la conocemos bien: conquista del desierto, el granero del mundo, revoluciones, golpes militares: el folklore nacional ¡cómo no lo vamos a conocer si esto nos lo enseñaron en la escuela!

Pero, ¿qué es lo que nos transmitieron durante la etapa escolar?

Hago un recorrido mental por la primaria y uno de los recuerdos que insisten en mi cabeza es el de los actos de fin de año. Eran excéntricos, desde la escenografía hasta los disfraces que llevábamos, parecía que todos estábamos cortados por la misma tijera. Allá, por la década del 90, mientras algunos viajaban por el mundo regido bajo las reglas del mercado, vistiendo las mejores ropas y despilfarrando un lujo de lo más vulgar, otros se quedaban sin trabajo, a la deriva, esperando una ayuda del cielo que nunca iba a llegar.

Cuando la burbuja neoliberal explotó, todos caímos en la realidad. Nuevos actores sociales aparecieron para poblar las calles de Argentina: los piqueteros y el flagelo de los cartoneros, nuevamente había brotado la muchedumbre. Las escuelas empezaron a vaciarse y las esquinas se llenaron de niños trabajando, que deberían estar estudiando.

La adolescencia la pase rodeada de incertidumbre en el país, en mi casa, en la escuela. Me pregunto qué habrá sido de la vida de los chicos que tienen mi edad y no tuvieron las mismas oportunidades que yo. ¿Estarían drogándose, robando, perdidos en la vida, como mostraba la televisión?

Mientras tanto la escuela servía como órgano de contención para los que todavía seguíamos por el “buen camino”. Las clases tenían como finalidad que no nos desviemos del sendero correcto; entonces debían enseñarnos lo que significaba eso: para los que hacían las cosas bien, los esperaría un futuro grandioso. Para los que las hacían mal, no les quedaría otra opción que la calle, drogas, hijos no deseados y esas cosas que le pasaban al resto de la gente que no era como nosotros.

Entonces, qué mejor que una buena instrucción sobre educación sexual a estos mocosos impertinentes. Y qué mejor ejemplo que LA Iglesia para hablarnos de ello. Así es que esta institución esgrimió sus mejores argumentos, los plasmó en un papel y luego ofreció una buena clase que puso nostalgiosa a más de un catequista que recordó viejas épocas. Por empezar, había que combatir a los homosexuales antes que al hambre, pues estos eran el verdadero flagelo del país.

“Hombres que viven con hombres, mujeres que conviven con mujeres como si estuvieran casadas entre ellas.. Se las considera personas abiertas.. Un estilo de vida.. Cuando en realidad son personas enfermas que equivocan sus vidas […] para la Iglesia, el acto sexual entre dos personas del mismo sexo nunca es válido y nunca estará bien, bajo ninguna circunstancia. Son actos que contrarían a la naturaleza, y que, aunque sean muchos los que actúan así, no da lugar a aprobar sus conductas, al contrario, debería ser corregido.

Si alguna vez, alguien de tu mismo sexo te propone una relación íntima, con firmeza, valentía y madurez, sin perder la serenidad, decí que no. Esto es lo que espera Dios de vos”

Otro gran problema que trajo aparejado consigo la pobreza, fue la cantidad de chicos que nacieron por familia y que al multiplicarse cada vez más, significaba un problema enorme para la demografía del territorio. Además por su condición de pobres, no los esperaría un futuro digno. Por ello los educadores, ingeniaron una excelente metodología de persuasión a los jóvenes que estaban a tiempo de salvarse, muy utilizada a principios de siglo y que tuvo éxito en el mundo entero; sobre todo en continentes poblados de ignorantes como África y América Latina.

“El libertinaje que se ha apoderado de este mundo, a causado y causa el mayor números de victimas entre la juventud.

Es muy común oír decir a los jóvenes que ya mantienen relaciones sexuales regularmente, pero se cuidan... y cuando dicen se cuidan, significa que utilizan anticonceptivos. La píldora, es uno de los muchos anticonceptivos inventados por los científicos, para impedir la ovulación de la mujer, y por lo tanto la concepción de un hijo. […]

Lo mejor, es que las parejas de novios, se abstengan, mientras no puedan asumir las responsabilidades de traer consigo el matrimonio”

Entonces, ¿estamos en condiciones de afirmar que la campaña contra la ignorancia, iniciada el siglo anterior, ha tenido éxito? Los grandes abogados y médicos recibieron en su infancia una excelente educación. Son los que construyeron día a día La Nación, junto a los ingenieros, arquitectos y en menor medida los docentes.

Seguramente los chicos que no fueron a la escuela están a la deriva, drogándose, o incursionando en la delincuencia. Los podemos ver constantemente en la televisión, son los culpables del atraso. En estos tiempos es necesaria una figura tan valiente como la de nuestro prócer, Julio Argentino Roca para que podamos progresar.

¿Tan importante es recibir una “buena educación”? ¿O lo que necesitamos es una buena clase sobre tolerancia y respeto?

Si nos formaran como seres libre-pensantes, en lugar de encasillarnos y establecernos parámetros de actitudes buenas y malas, nos estarían dando la herramienta principal para construir un futuro en el que participemos todos.

¿Será esta la fórmula eficaz? ¿Cuál es la clave del éxito?

2 comentarios:

  1. paula, creo que sería efectivo revisar la inclusión de las citas de los documentos, cómo hacerla, así parecen cortar el devenir y el tono del texto, que, ahora, se puso más irónico
    fijate en la superficie textual: tiempos verbales, puntuaciones, alguna cuestión ortográfica...

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  2. hola Claudia,
    voy a revisar el tema de las citas. Pero, en cuanto al texto en general ¿logré encontrar el tono adecuado? es decir, si el uso de la ironía está bien empleada.

    saludos!

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