“La independencia está en la cabeza” afirmó uno de los directores argentinos de la escena under, luego que le hayan preguntado en una entrevista si le molestaba que el festival de cine independiente sea tan comercial estos últimos años.
El Bafici se presentó en la ciudad la segunda semana de abril y con Pablo acordamos ir un lunes a la salida de la clase de antropología. Todavía pensando en Malinovsky y Levi-Strauss nos tomamos el 146 que nos dejó justo enfrente del Abasto, sobre la ruidosa avenida Corrientes. Esquivando maletines y tacos altos, entramos al Shopping y después de dar varias vueltas encontramos una especie de mapa que nos condujo al cine. Un espacio muy grande, iluminado por el sol de mediodía impregnado de carteles que decían “BAFICI” nos dio la pauta de que no nos habíamos perdido. Un lunes a las dos de la tarde no es el horario convencional para ir al cine, sin embargo este festival que viene una sola vez al año y dura pocos días, rompe con esa regla. El Staff “especializado” ubicado en el centro del lugar brindaba todo tipo de información acerca del festival, y por supuesto nos dirigimos a él.
La diversidad es la característica principal entre los espectadores; para los cinéfilos y estudiantes de cine este lugar tiene todo lo que necesitan: variedad en la oferta. Pero no es exclusivo para ellos, también hay gente que se acerca para curiosear atraídos por la publicidad que empapela la ciudad. Además la entrada es accesible y eso atrae a muchos. En fin ante la variedad de público el objetivo es el mismo: disfrutar de una buena función. En medio de todo esto, estábamos Pablo y yo, elegimos azarosamente un film con una sinopsis que parezca interesante, y entre tantas opciones Paraíso parecía ser la indicada. Con lápiz y papel en mano y una gaseosa bien fría, entramos a la silenciosa sala con los minutos contados y con muchas expectativas.
Esta película es el primer largometraje del director peruano Héctor Gálvez, que tubo reconocimiento internacional en el festival de Venecia y junto con la coproducción de España y Alemania este proyecto se hizo posible. Basada en la historia de cinco amigos de un barrio marginal de Lima, en edad de salir a buscar el destino, mitad impulsados por la necesidad de hacer algo y mitad presionados por sus familias. Las condiciones económicas y sociales no les permiten cumplir sus sueños y esto es representado por una adolescente que quiere estudiar periodismo y su madre no se lo permite ya que no tienen dinero para pagarle los estudios. Algo me hace ruido, pienso en todos los jóvenes que les gustaría estar estudiando y no pueden hacerlo por tener que salir a trabajar. Me siento culpable y agradecida al mismo tiempo. Otro de los chicos se alista en el ejército para tener un sueldo y seguir una carrera. El mas soñador, ante la revolucionaria llegada del circo al pueblo se acerca a él para que le enseñen a volar y de este modo enfrentar el miedo para poder lograrlo, y lo logra.
La película termina, cuando el circo se retira y con el se va el animo de fiesta que inunda el pueblo una vez al año.
Salvo parte de su cultura y sus costumbres, nada tiene de diferente a la situación de los jóvenes que se encuentran marginados de la gran ciudad en Argentina e intuyo que en toda Latinoamérica, ya que las oportunidades son para unos pocos y el futuro es totalmente incierto.
Salimos de la sala regocijados y un cartel de I SAT habla por nosotros: ”Esperamos ver algo que no esperamos ver”.
Hasta acá llegue. Seguramente para el martes, agregue o modifique algunas cosas. Acepto todo tipo de criticas. Saludos!
domingo, 25 de abril de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
Viaje por mis lecturas
“Cuando Cristóbal Colón se lanzó a atravesar los grandes espacios vacíos al oeste de la Ecúmene, había aceptado el desafío de las leyendas. Tempestades terribles jugarían con sus naves, como si fueran cáscaras de nuez, y las arrojarían a las bocas de los monstruos; la gran serpiente de los mares tenebrosos, hambrienta de carne humana, estaría al acecho. Solo faltaban mil años para que los fuegos purificadores del Juicio Final arrasaran el mundo, según creían los hombres del siglo xv, y el mundo era entonces mar Mediterráneo con sus costas de ambigua proyección hacia el África y Oriente. Los navegantes portugueses aseguraban que el viento del oeste traía cadáveres extraños y a veces arrastraba leños curiosamente tallados, pero nadie sospechaba que el mundo seria, pronto, asombrosamente multiplicado.”
Las venas abiertas de América Latina - Eduardo Galeano.
Las venas abiertas de América Latina - Eduardo Galeano.
domingo, 11 de abril de 2010
Ya no soy el que un dia fui
¿Dónde se guarda el rencor que deja una herida? Se preguntó Mariano después de enterarse de la verdad.
Mariano tenía 34 años y hacía diez que se había recibido de abogado, trabajaba desde los 18 y estaba casado con Lorena. En una familia de clase media, la vida de este hombre debería producir orgullo, sin embargo desde que tiene uso de la razón Mariano siempre fue desplazado en relación con su hermana mayor Victoria. -Siempre me odiaron- era lo que Lorena oía a decir a su esposo cada vez que hablaban de su familia. -mi hermana siempre tuvo lo que quiso en la vida, nunca hizo nada, y sin embargo la justificaban. Yo hice todo para que se sientan orgullosos de mí y toda la vida me rechazaron- y los ojos se le llenaban de lágrimas. Ni el colegio privado, ni la ropa mas cara, ni el padre abogado y la madre ejemplar podían opacar la violencia verbal que ejercían sobre Mariano.
En el año 1993 conoció a Lorena en la facultad de Derecho. Ella participaba en el centro de estudiantes, y no le costo mucho convencerlo para que milite con ella. Obviamente de esto nunca se enteraron en la casa de este joven muchacho, el secreto estaba muy bien guardado por ellos dos. Lorena logró mostrarle un mundo nuevo a Mariano y este pudo entender que las villas no eran sinónimo de violencia (como le habían enseñado en la casa) si vos te acercabas a ofrecer una mano. Había mucho amor entre ellos dos, Mariano siempre decía que gracias a ella pudo dar los primeros pasos como ser humano. Pasaron los años y ellos seguían juntos. Al recibirse se casaron y dedicaron sus vidas a ofrecer ayuda al prójimo y no a acumular su fortuna como había hecho la familia de Mariano.
El 2002 fue un año movilizado. Lorena había perdido un embarazo y estaba muy shockeada por este suceso. Una noche Lorena se despierta desconsolada producto de un sueño que la desveló durante el resto de la noche. En él aparecía su marido de bebe en abrazos de una mujer de pelo oscuro y ojos color miel, muy parecida a él que lo estaba amamantando, y esa mujer no era su suegra. -Por favor amor hacelo por mí -dijo ella- si algún día vamos a tener hijos quiero que sepan sobre su verdadera identidad. Lorena le propuso a Mariano asistir a Abuelas de plaza de mayo y hacerse un estudio de ADN. –Me da miedo Lore, hace años que tengo esta duda, no es una decisión sencilla para mí. Pero Lorena logró convencerlo.
Con mucha valentía Mariano asistió y se realizó el examen. Fueron las dos semanas más eternas de su vida, no podía dormir y una sensación rara le carcomía la cabeza.
Llegó el día. Junto con su mujer, escucharon el resultado: Mariano era hijo de desaparecidos, había nacido en un centro clandestino en La Plata hacía 34 años. Esta noticia le causo un gran vacío. Sus padres ahora eran sus apropiadores y Mariano en realidad era Camilo.
Mariano tenía 34 años y hacía diez que se había recibido de abogado, trabajaba desde los 18 y estaba casado con Lorena. En una familia de clase media, la vida de este hombre debería producir orgullo, sin embargo desde que tiene uso de la razón Mariano siempre fue desplazado en relación con su hermana mayor Victoria. -Siempre me odiaron- era lo que Lorena oía a decir a su esposo cada vez que hablaban de su familia. -mi hermana siempre tuvo lo que quiso en la vida, nunca hizo nada, y sin embargo la justificaban. Yo hice todo para que se sientan orgullosos de mí y toda la vida me rechazaron- y los ojos se le llenaban de lágrimas. Ni el colegio privado, ni la ropa mas cara, ni el padre abogado y la madre ejemplar podían opacar la violencia verbal que ejercían sobre Mariano.
En el año 1993 conoció a Lorena en la facultad de Derecho. Ella participaba en el centro de estudiantes, y no le costo mucho convencerlo para que milite con ella. Obviamente de esto nunca se enteraron en la casa de este joven muchacho, el secreto estaba muy bien guardado por ellos dos. Lorena logró mostrarle un mundo nuevo a Mariano y este pudo entender que las villas no eran sinónimo de violencia (como le habían enseñado en la casa) si vos te acercabas a ofrecer una mano. Había mucho amor entre ellos dos, Mariano siempre decía que gracias a ella pudo dar los primeros pasos como ser humano. Pasaron los años y ellos seguían juntos. Al recibirse se casaron y dedicaron sus vidas a ofrecer ayuda al prójimo y no a acumular su fortuna como había hecho la familia de Mariano.
El 2002 fue un año movilizado. Lorena había perdido un embarazo y estaba muy shockeada por este suceso. Una noche Lorena se despierta desconsolada producto de un sueño que la desveló durante el resto de la noche. En él aparecía su marido de bebe en abrazos de una mujer de pelo oscuro y ojos color miel, muy parecida a él que lo estaba amamantando, y esa mujer no era su suegra. -Por favor amor hacelo por mí -dijo ella- si algún día vamos a tener hijos quiero que sepan sobre su verdadera identidad. Lorena le propuso a Mariano asistir a Abuelas de plaza de mayo y hacerse un estudio de ADN. –Me da miedo Lore, hace años que tengo esta duda, no es una decisión sencilla para mí. Pero Lorena logró convencerlo.
Con mucha valentía Mariano asistió y se realizó el examen. Fueron las dos semanas más eternas de su vida, no podía dormir y una sensación rara le carcomía la cabeza.
Llegó el día. Junto con su mujer, escucharon el resultado: Mariano era hijo de desaparecidos, había nacido en un centro clandestino en La Plata hacía 34 años. Esta noticia le causo un gran vacío. Sus padres ahora eran sus apropiadores y Mariano en realidad era Camilo.
viernes, 2 de abril de 2010
El descubrimiento de la lectura.
En los primeros años de mi infancia la lectura aparece ante mi por medio de los cuentos que me leían mis padres antes de irme a dormir. Realmente me encantaba que me lean. Pero ese interés no se acrecentó y lo desvíe en actividades menos productivas como mirar televisión. Seguramente porque en mi casa no se fomentaba la lectura ni tampoco había bibliotecas, pensaba que leer era una actividad solo para adultos.
Todo esto parece cambiar cuando descubro, de casualidad, a Mafalda. Tenía aproximadamente diez años y estaba en una casa en la costa cuando encuentro dos ejemplares guardados que me llamaron la atención y empecé a leerlos como un pasatiempo. Me había cautivado tanto que al enterarme que mi tía tenía la colección entera no dude en pedírsela y leerla en menos de una semana.
Alrededor de cinco años después releo Mafalda, esta vez entendiendo el humor critico que mezclado con esa imagen de una nena que simplemente quiere ser libre, modificó mi manera de mirar las cosas completamente.
Hoy en día las lecturas que más me gustan son las que hablan de la realidad y reflexionan sobre ella (citando como ejemplo a Eduardo Galeano entre otros). Tuve la suerte de hallar en la lectura más allá de un pasatiempo, un espacio de reflexión
Todo esto parece cambiar cuando descubro, de casualidad, a Mafalda. Tenía aproximadamente diez años y estaba en una casa en la costa cuando encuentro dos ejemplares guardados que me llamaron la atención y empecé a leerlos como un pasatiempo. Me había cautivado tanto que al enterarme que mi tía tenía la colección entera no dude en pedírsela y leerla en menos de una semana.
Alrededor de cinco años después releo Mafalda, esta vez entendiendo el humor critico que mezclado con esa imagen de una nena que simplemente quiere ser libre, modificó mi manera de mirar las cosas completamente.
Hoy en día las lecturas que más me gustan son las que hablan de la realidad y reflexionan sobre ella (citando como ejemplo a Eduardo Galeano entre otros). Tuve la suerte de hallar en la lectura más allá de un pasatiempo, un espacio de reflexión
Buscando el camino
Ya eran los últimos años del secundario y corría contra el tiempo porque no había hallado la carrera “correcta”. Buscaba por los caminos que categorizan como los seguros, pero no me provocaban ningún tipo de interés, y esta situación me causaba una gran frustración.
La respuesta a esta pregunta que venia dándome vueltas en la cabeza hacia tanto tiempo, la encontré en las ciencias sociales. De casualidad (las mejores oportunidades aparecen de esta forma) se presento ante mí la comunicación encontrando en ella lo que realmente estaba buscando.
De este modo me propuse un desafío, que aun me genera incertidumbre, pero que sin embargo estoy dispuesta a enfrentarlo. ¿Será este el camino?
La respuesta a esta pregunta que venia dándome vueltas en la cabeza hacia tanto tiempo, la encontré en las ciencias sociales. De casualidad (las mejores oportunidades aparecen de esta forma) se presento ante mí la comunicación encontrando en ella lo que realmente estaba buscando.
De este modo me propuse un desafío, que aun me genera incertidumbre, pero que sin embargo estoy dispuesta a enfrentarlo. ¿Será este el camino?
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